Veintitantos, casi Treinta
2 de febrero, año 2000. Abro un ojo a las 12:30 y comienza el ritual que se viene repitiendo desde hace más o menos un mes. Sus rascaditas regalonas en la cama antes de levantarse, su buen pan amasado con mermelada al desayuno, sin ducha, directo al traje de baño. Arena, sol, mar, bronceado fascinante, uno que otro rollito pero que a estas alturas a visto toda la playa asi que da lo mismo, danky nogatonga, walkman, almuerzo, más arena, sol, mar, bronceado, minos ricos pa mirar, comida, carrete, bailoteo, piscolas, sueño.
2 de febrero, hoy. Veo las notas huecas de los noticieros que muestran la actividad en las playas del litoral. Translation: culos, tetas, pelos platinados. Ya no me causan la lata de hace unos años, ahora me da nostalgia. Quiero estar ahí. No puedo recordar la sensación de la primera pisada a pata pelada en la arena, pa que decir la arena metida adentro del culo... Tampoco la parálisis de las pantorrillas al meterse al mar, el olor a coco de los bronceadores, sacarse los cueritos del despellejado de la naríz, sentir con un vientito como se vuela el pendejo loco que no exterminaste en la depilación del rebaje, la siesta bajo el quitasol, el ruido de las paletas, de las gaviotas, de las olas. Parecen recuerdos de antaño. Todo cambia. Pasamos de tener 3 meses de vacaciones a 2 fines de semana con raja. De olvidarse de hablar por teléfono a escuchar celulares por todos lados. De pensar en lo bacanes que seremos cuando trabajemos a trabajar sin sentirnos nada de bacanes. Del bronceado hawaiian tropic al hawaiian closet. De la cara llena de risa a la llena de ojeras. Del carrete, al carrete destructivo. De la piscola en vaso plástico a la piscola en vaso de vidrio. Del completo con papas fritas al sushi con té verde. De no escribirle a nadie a escribirle mails a todo el mundo. De no escribir a escribir un blog.
Hacen falta vacaciones, hace falta sol, arena y mar. Hace falta sentir el sol, sentir la arena y sentir el mar.
2 de febrero, hoy. Veo las notas huecas de los noticieros que muestran la actividad en las playas del litoral. Translation: culos, tetas, pelos platinados. Ya no me causan la lata de hace unos años, ahora me da nostalgia. Quiero estar ahí. No puedo recordar la sensación de la primera pisada a pata pelada en la arena, pa que decir la arena metida adentro del culo... Tampoco la parálisis de las pantorrillas al meterse al mar, el olor a coco de los bronceadores, sacarse los cueritos del despellejado de la naríz, sentir con un vientito como se vuela el pendejo loco que no exterminaste en la depilación del rebaje, la siesta bajo el quitasol, el ruido de las paletas, de las gaviotas, de las olas. Parecen recuerdos de antaño. Todo cambia. Pasamos de tener 3 meses de vacaciones a 2 fines de semana con raja. De olvidarse de hablar por teléfono a escuchar celulares por todos lados. De pensar en lo bacanes que seremos cuando trabajemos a trabajar sin sentirnos nada de bacanes. Del bronceado hawaiian tropic al hawaiian closet. De la cara llena de risa a la llena de ojeras. Del carrete, al carrete destructivo. De la piscola en vaso plástico a la piscola en vaso de vidrio. Del completo con papas fritas al sushi con té verde. De no escribirle a nadie a escribirle mails a todo el mundo. De no escribir a escribir un blog.
Hacen falta vacaciones, hace falta sol, arena y mar. Hace falta sentir el sol, sentir la arena y sentir el mar.
posted by Oveja Negra @ 2/02/2007 06:35:00 p. m.
1 Comments:
Yo cacho hija que estamos en una edad en que el asunto playistico (y otros eventos placenteros) se transforma en todo un proceso bien latero. Una ya no tiene la naturalidad y la simpleza de antes de chantarse el bikini, la toalla, las shalas y al agua. No, ahora como que hasta la depilación es más ataosa porque los pelos ya no son tan rubios, las charchas son más colgantes, los músculos ya no están tonificados y finalmente ponerse el trajecito requiere, además de un ritual fisico extenuante que implica embetunarse cremas de diferentes factores, de un trabajo mental de la puta pa autoconvencerse de que estamos en nuestro pleno derecho de sacar a ventilar las adiposidades y echarlas a derretir bajo el puto sol. Pa mi tomar sol es UN CACHO, aunque lleve cesante 3 años. Además he confirmado que definitivamente me carga el sol. Espero con ganas el día en que la moda esté de mi lado y ser blanca como papel esté IN.
Viejas podridas...
Wen post, querida.
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