Puedo ver claramente que sale el sol

Lo esperado te mantiene con vida, lo inesperado te cambia la vida.

Por primera vez en mis años de vida puedo emitir y pensar una frase como esta.

Mary Peace no sabía lo que el destino le tenía preparado o o o o…

A lo más locutor de sinopsis de películas, yo y mi nube lluviosa en la cabeza podemos dar fé que las cosas sí cambian. De un poco tiempo a esta parte, todo, pero absolutamente todo, cambió. Ya no llueve. En reemplazo de mi vieja nube ahora tengo un pequeño sol personal que me acompaña donde voy y que me hace sonreír hasta en los momentos más impredecibles.

Porque ahora levantarse se hace más fácil si se tiene un propósito, porque ahora puedo sentir que realmente estoy escribiendo el futuro, mi futuro. Porque ahora yo soy la protagonista de mi propia vida, ya no necesito personajes ni máscaras para explicarme. Soy yo, lo que yo decidí aunque parezca raro, difícil, largo, a destiempo.
Y lo es, y puta que lo es… pero encaja, hace sentido. Por fin parece que no me han cambiado las piezas del puzzle. Por fin no me siento como la mitad de un pomelo entre miles de medias naranjas, por fin todo parece encajar.

Por fin entiendo a los guionistas que deciden contar historias de amor. Durante años me convencí que era juntar un hombre rico, una mujer flaca y regia, gran presupuesto en vestuario, Nueva York, un par de frases clichés, muchas, pero muchas coincidencias y ya está. Por primera vez entendí que en algunos casos puede ser porque pasa en la vida. Porque de verdad hay medias naranjas que se encuentran, porque hay coincidencias que te llevan a conocer a alguien, porque la vida no es tan monótona a veces, porque parece que el destino realmente nos prepara algo. Porque finalmente, tenemos derecho a encontrarnos con ese alguien que apenas entra a nuestra vida nos sacude todo. Nuestros planes, nuestra estructura, nuestras ideas, nuestros conceptos. Todo se mueve, todo se ve distinto, ya no somos solo nosotros. Y no estamos solos.

Apenas en un par de meses pude dar vuelta la página del libro, la más pesada que me ha tocado hasta ahora, la que parecía estar pegada con la gotita. Y más encima me trajo a alguien con quien poder caminar, con quien poder recorrer las líneas de la próximas páginas. Ese alguien que te da un abrazo cuando solo necesitas que te digan que todo va a salir bien. Ese alguien que hace que el fin de semana realmente sea una recompensa por el trabajo. Ese que te hace ver otras cosas cuando te miras al espejo, ese que tan solo con su voz te da tranquilidad.

En este minuto podría escribir la próxima campaña del gobierno de Chile: Piensa positivo 2. Y hasta se la presentaría a la guatona de la Bachelet en su mismo escritorio (no se vaya a cansar y le da por no solucionar ningún problema).